Que fuerte señores, el leer la más reciente carta enviada por la privada de libertad, y posible mente ilustre del poder femenino que representa a Latinoamerica, es sin duda un puñetazo hacia lo que sin pensarlo, te hace obrar por tu propia libertad.
Es innegable que se paren las emociones de punta. Y es que el poder que las letras llegan a tener en un espacio breve, para ser mediadoras del sufrimiento, y la inhumanidad, es tan fuerte y debastador, que sollosa limites pocamente abiertos a un diálogo.
A tí Ingrid, y a la resistencia de los que pensamos que saldrás victoriosa de esta batalla
Que fuerte!!!
Que fuerte!!!
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