Estoy frente a una mesa
y pienso así, fervozamente, que lo odio con todo mi ser
pero no tengo tanta uerza como para hacerlo.
solo me tomo el cuello, y trato de estar en paz con lo que intento sentir
doy muchas vueltas por doquier
muchas vueltas por algunas de las partes más oscuras que tengo en mi cabeza
pasan ideas muy bizarras
lo único que me da consuelo
es que tengo muchas ganas de sentirme mejor
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