sábado, 6 de octubre de 2007

Byrjun

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Que cosas tan fuertes han ocurrido, que cosas tan emocionantes he vivido, pero creo que más alá de el alentador panorama, y la tan rápida corrida de cosas, lo que más estoy disfrutando, es que he capturado momentos hermosos, fugaces, profundos, pero al igual dolorosos, depresivos, y que me hacen sentirme muy apego a algo que a veces no poseo. Después de sacar un 10 falso, de sentir que cuento con hombres realmente preparados para abstraerles conocimientos, y experiencias, de escuchar como nunca a Sigur Rós, de sentir un pánico de que mi hermana la estuvieron a punto de secuestrar, y que mi hermano ganó 1500 pesos vendiendo DVD's de la verdad incómoda dentro y fuera de la conferencia de Al Gore en Puebla, me siento con una sensación señores, que no sé como explicar. Mis manos las siento libres, con penas en pequeños rincones, pero libres, capaces de crear, de manipular, de ejercer, de tumbar a cualquier humano, que se pase de listo con algún otro, y es que los hombres y mujeres que están atrás de mí, me piden a gritos una revolución de conciencia, sin abandonar lo cotidiano, pero extraer lo de adentro, creo que uno puede hacer maravillas, Yo me siento muy raro, pero muy seguro de mí en estos días. Como si vender chicharrones en un pueblo alejado del mío, me diera verguenza, como decir que mi techo es de lámina de Zinc, y que tengo cubetas colgadas, para escabullir las goteras que me emergen. No... no tengo ya miedo de nada, ni de mi ojos, ni de mi cuerpo, ni de mis dientes, ni mucho menos de el lugar de donde duermo, veo que ahora la capacidad del ser para ejectuar un juicio, está libre de estereotipos gráficos que lo rodean, que todo es simple y directo cuando uno se entrega, que el vehículo del cuerpo, y de los materiales que utilizamos a diario se pierde, pero que nunca en nuestra vida diaria se perderá, la escencia del ser está allí, apegado a este caótico mundo, a esta hermosa vida, a este hermoso paladín que te hace ver más joven cada vez que lo montas. Me siento muy seguro pero aún temeroso de muchas cosas, molesto con la gente, pero no por ello indiferente. Estoy en un momento superimportante, en donde mi vida se asimila a vivir un Jeopardi con preguntas y respuestas que uno las conocerá, al momento que uno se meta con las cosas que casi nadie quiere decir. Mi planeta está aquí, mi vida es esta, mis sueños los tengo aquí adentro, y creo que sentir la emoción de el solo hecho de caminar, de brincar, y de sonreir, vale por sí misma la pena de querer nunca decirle no a la propia vida.

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